martes, 25 de noviembre de 2008

Noviembre 4º Semana .- Los Sentimientos

Cuando Marcos despertó esta mañana, no
se sintió con ganas como para ir a trabajar.
Hubiese preferido darse vuelta y seguir
durmiendo, o salir a pasear o hasta limpiar
el patio; cualquier cosa menos ir a la
oficina. De todos modos, y a pesar de sus
sentimientos, debía ir cueste lo que cueste.
Cuando Sandra le dijo a su hijo Tomás que
debía limpiar su dormitorio, éste le
contestó:
—Lo voy a hacer más tarde. No me siento
bien como para hacerlo ahora.
—No —le replicó su mamá—. Hazlo ahora!
—Mamá, ¿no me escuchaste? Dije que no
me sentía bien como para hacerlo.
—Te escuché, y verdaderamente no me
interesa mucho cómo te sientas al respecto.
Este no es el tema. Tiene que hacerse y
te pido que lo hagas. Al final del día, Marcos
y Sandra estaban exhaustos. Ambos miraron
el reloj; en poco tiempo debían asistir a
su comunidad.
—¿Te sientes como para ir? —preguntó
Marcos—.
—Realmente no —contestó Sandra—.
Conversemos en familia:
·¿Por qué nuestros sentimientos son tan
inconsistentes de día a día o aún hasta de
hora a hora?
·¿Qué causa que estemos ansiosos de hacer
algo o no?
·¿Hasta dónde deben los sentimientos
afectar nuestras decisiones?
·¿Qué cosas se deben hacer a pesar de
cómo uno se siente?
Comprobemos: Tengamos en cuenta que
los pasajes siguientes no dicen nada acerca
de los sentimientos; lo que sí describen es
la necesidad de hacer la voluntad de Dios:
Génesis 6:22; Efesios 5:22,25; 6:1-4.
Apliquemos: Poco después que Dios lo
había llamado para predicar, se sintió
amargado y con enojo. (Ezequiel 3:14,
15).Los pecados y las actitudes negativas
del pueblo no lo habían puesto de humor
como para convertirse en un profeta.
Teniendo en cuenta el conocimiento de las
probables consecuencias, Ezequiel obedeció
a Dios.A los tiempos de plenitud y de gran
gozo, cuando nos sentimos cercanos a Dios,
seguirán tiempos de confusión. Igual que
Ezequiel, obedezcamos a Dios. NO permita
que sus sentimientos impidan su
obediencia.

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