sábado, 17 de enero de 2009

Conducía de vuelta a casa alrededor de las cinco de la tarde, estaba atascado en el tráfico de la autopista, cuando el auto comenzó a fallar y se apagó. A duras penas pude empujarlo, maldiciendo y esperando llegar a la estación de gasolina. Esperanzado solamente de no estar obstruyendo el tráfico y que tendría un lugar más tranquilo para esperar la grúa. Antes de poder hacer una llamada, vi a una mujer saliendo del servícentro que pareció resbalarse y cayó, por lo que me levanté y fui a ver cómo estaba. Cuando llegué, parecía más bien que había sido más sobrecogida por el llanto que por la caída; era una joven mujer que se veía bastante desaliñada con ojeras alrededor de sus ojos. Dejó caer algo cuando la ayudaba a levantarse y lo recogí para dárselo. Era una moneda de quinientos pesos. En ese momento, todo quedó claro para mí: la mujer llorando, la antiquísima camioneta repleta de cosas con tres muchachos en la parte de atrás (uno en un asiento del auto), y el dispensador de combustible leyendo $495. Le pregunté si todo estaba bien y si necesitaba ayuda, a lo que ella seguía diciendo: "No quiero que mis hijos me vean llorando", así que nos paramos al lado opuesto del dispensador a su auto. Ella dijo que conducía hacia el Sur y que las cosas estaban muy duras para ella en ese momento. Así que le pregunté: "¿Y está orando?" Eso la hizo alejarse de mí un poco, pero le aseguré que no era un loco y le dije: "Él la oyó y me envió".
Saqué mi tarjeta de crédito y la pasé por el lector para que pudiese llenar el tanque de su auto, y mientras cargaba el combustible, me dirigí al servícentro de al lado y compré dos grandes bolsas de comida y una gran taza de café.
Ella le dio la comida a los muchachos en el auto, quienes le cayeron como lobos, y nos quedamos parados junto al dispensador comiendo papitas fritas y conversando un poco.
Me dio su nombre y compartió que vivía en Santiago. Su esposo la había abandonado hacía dos meses y no había podido arreglárselas sola. Sabía que no tendría dinero para pagar el arriendo al 1 de enero por lo que, finalmente, había llamado a sus padres, con quienes no se había comunicado en cinco años. Ellos vivían al Sur y le dijeron que podía mudarse con ellos y comenzar de nuevo allá. Así que empacó todo lo que poseía en el auto. Les dijo a los muchachos que se iban a Concepción para Navidad, pero no que se mudaban para allá. Le di la mano, un breve abrazo y dije una rápida oración a su favor por seguridad en el viaje. Al dirigirme a mi auto, ella dijo: "Así que, es Ud. un ángel o algo parecido?" Eso, definitivamente, me hizo llorar. Le dije: "Querida, para esta época, los ángeles están muy ocupados, así que a veces, Dios utiliza a gente normal". Fue tan increíble ser parte del milagro de alguien. Y, por supuesto, como pueden imaginarlo, cuando me subí a mi auto, encendió de una vez y me llevó a casa sin problema alguno. Lo meteré al taller mañana para revisarlo, pero sospecho que el mecánico no hallará problema alguno con él. Algunas veces los ángeles vuelan tan cerca de uno que podemos escuchar el batir de sus alas... Nunca dejes de creer en Dios y en los milagros que él hace. Sobre todo no menosprecies la oportunidad de ver cuando Dios te convierte en un milagro para otros. Hoy podría ser uno de esos días.

“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos…Este vino de noche, y le dijo: Rabí sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no esta Dios con Él…” Jn.3:1-2
“De las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que el Señor tu Dios te sacó; así hará el Señor tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres”. Dt.7:19
“Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño”.Salmo 77:1

TALLER:
Preguntense en forma personal, ¿He sido parte de un milagro?. Comenten experiencias personales.
Si Jesús fue fiel testimonio ante los ojos de Nicodemo, ¿Cómo es su testimonio delante los demás?

martes, 25 de noviembre de 2008

Noviembre 4º Semana .- Los Sentimientos

Cuando Marcos despertó esta mañana, no
se sintió con ganas como para ir a trabajar.
Hubiese preferido darse vuelta y seguir
durmiendo, o salir a pasear o hasta limpiar
el patio; cualquier cosa menos ir a la
oficina. De todos modos, y a pesar de sus
sentimientos, debía ir cueste lo que cueste.
Cuando Sandra le dijo a su hijo Tomás que
debía limpiar su dormitorio, éste le
contestó:
—Lo voy a hacer más tarde. No me siento
bien como para hacerlo ahora.
—No —le replicó su mamá—. Hazlo ahora!
—Mamá, ¿no me escuchaste? Dije que no
me sentía bien como para hacerlo.
—Te escuché, y verdaderamente no me
interesa mucho cómo te sientas al respecto.
Este no es el tema. Tiene que hacerse y
te pido que lo hagas. Al final del día, Marcos
y Sandra estaban exhaustos. Ambos miraron
el reloj; en poco tiempo debían asistir a
su comunidad.
—¿Te sientes como para ir? —preguntó
Marcos—.
—Realmente no —contestó Sandra—.
Conversemos en familia:
·¿Por qué nuestros sentimientos son tan
inconsistentes de día a día o aún hasta de
hora a hora?
·¿Qué causa que estemos ansiosos de hacer
algo o no?
·¿Hasta dónde deben los sentimientos
afectar nuestras decisiones?
·¿Qué cosas se deben hacer a pesar de
cómo uno se siente?
Comprobemos: Tengamos en cuenta que
los pasajes siguientes no dicen nada acerca
de los sentimientos; lo que sí describen es
la necesidad de hacer la voluntad de Dios:
Génesis 6:22; Efesios 5:22,25; 6:1-4.
Apliquemos: Poco después que Dios lo
había llamado para predicar, se sintió
amargado y con enojo. (Ezequiel 3:14,
15).Los pecados y las actitudes negativas
del pueblo no lo habían puesto de humor
como para convertirse en un profeta.
Teniendo en cuenta el conocimiento de las
probables consecuencias, Ezequiel obedeció
a Dios.A los tiempos de plenitud y de gran
gozo, cuando nos sentimos cercanos a Dios,
seguirán tiempos de confusión. Igual que
Ezequiel, obedezcamos a Dios. NO permita
que sus sentimientos impidan su
obediencia.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Nov 3ª Semana.- La Lealtad

Roberto, de diez años de edad, está
llorando cuando vuelve del colegio; su
madre deja inmediatamente todo lo que
está haciendo y corre a consolar a su hijo.
Cuando su madre le pregunta qué sucede,
su hijo le responde extendiéndole su
brazo con un papel muy doblado. La nota
era de su profesor, diciendo que él y otros
niños fueron sorprendidos haciendo
trampa en una prueba de historia, por lo
cual le puso a cada alumno nota 1. Su
madre pregunta: ¿Me quieres contar
acerca de esto?
—¡Yo no hice trampa! —expresa Roberto—
, aunque mis compañeros dicen que sí.
Eso no es verdad.
—¿Dirían ellos eso, si no fuese cierto?
—No lo sé, y aunque ellos me hayan
culpado a mí, yo juro que no hice trampa.
Dos días después, durante una reunión
de apoderados, el profesor de Roberto
presentó a la madre ciertas evidencias
de que realmente su hijo podría ser el
culpable.Al regresar a su casa, ella
nuevamente le pregunta a su hijo acerca
de la situación, recibiendo por respuesta
una nueva negación. Ante esta situación
la madre le pregunta a su esposo: “¿Qué
debemos creer nosotros?”.
Conversemos en familia:
·¿Qué significa ser leal a alguien?
·Padres, ¿cómo se sienten cuando les
miente un hijo?
·Hijos, ¿cómo se sienten ustedes cuando
dicen la verdad y sus padres no les creen?
·¿Padres, han desarrollado un ambiente
de confianza o inseguridad en su hogar,
lo que le permite a sus hijos contar sus
experiencias diarias sin mentir?
·Si hipotéticamente la situación relatada
fuera su caso, ¿a quien le creería? ¿Por
qué?
Comprobemos:Leamos en familia 1
Corintios 13: 6-7, y relaciónelo con su
opinión acerca de la lealtad.
Apliquemos: La Biblia dice que el amor
protege, confía, espera y persevera. Una
persona que ama no solamente cree la
verdad; también trabaja para justicia de
otros. Los pensamientos y las palabras
no son suficientes, ya que nuestras vidas
revelan si estamos amando
verdaderamente. ¿Están sus acciones a
la altura de sus actitudes?

Nov 2ª Semana.- Las Riquezas

Andrés tiene doce años, pero ya ha
planificó gran parte de su vida: “voy a
integrarme a la selección de fútbol y
seré el mejor jugador de la liga; de esa
manera me llamarán del más prestigioso
equipo europeo y ganaré cinco millones
de dólares anuales…”. Esto parece muy
ambicioso, pero aún hay más: “…luego
de jugar de diez años, manejaré yo solo
mi dinero. Iré a la Universidad, me
recibiré de Ingeniero y seré experto en
asuntos financieros. Entonces invertiré
y haré más y más dinero. Y cuando tenga
cerca de 40 años, me retiraré…” ¿Por
qué esa obsesión por el dinero? “Las
cosas están muy inestables, mi papá dice
que la bolsa de valores es imprescindible,
y si agregamos a eso que uno nunca sabe
si un trabajo normal va a durar, creo que
mi plan es la mejor forma de estar
seguro…”
Conversemos en familia:
·Si usted pudiese tener cualquier
trabajo, ¿cuál sería y por qué?
·¿Es inteligente elegir un trabajo
basándose solamente en lo que pagan?
¿Por qué?
·¿Qué piensan acerca del plan de Andrés?
¿Qué probabilidad existe de que esto
suceda?
·¿Les entrega cualquier tipo de riqueza
(dinero, ahorros, propiedades) una total
seguridad? ¿Por qué?
·¿Qué significa estar espiritualmente
rico?
Apliquemos: La riqueza de un hombre
hizo que su vida fuese cómoda y le dio
poder y prestigio. Cuando Jesús le dijo
que vendiera todo y lo siguiera, se fue
con tristeza (Lucas 18: 22-23). Jesús
estaba tocando la verdadera base de la
seguridad e identidad de ese hombre.
Éste no comprendía que estaría aun más
seguro con Jesús, quien lo esperaba con
una riqueza mucho mayor. Jesús no pide
a los creyentes que vendan todo lo que
poseen, aunque esto pudiera ser su
voluntad para algunos. Pide liberarnos
de todo aquello que haya cobrado más
importancia que Dios. Si la base de su
seguridad ha cambiado de Dios a lo que
ustedes poseen, sería mejor para cada
uno librarse de esas posesiones.

Nov 1ªSemana.- La Competencia

A Daniel solamente le gusta todo lo
relacionado con el fútbol. Le gusta mucho
tener su equipo impecable, sus zapatillas
en buenas condiciones y el balón siempre
dispuesto. Siempre anima a sus compañeros
y comparte gran parte de su tiempo con el
equipo. Daniel se divierte muchísimo y
realmente juega muy bien. Los únicos
aspectos que no son gozosos del fútbol para
él, es la forma en que su padre actúa
cuando entrena al equipo, así como también
la forma en que actúa su mamá cuando
observa el partido desde la galería.
El papá de Daniel toma demasiado en serio
el estilo del juego; siempre exigiendo más
allá de lo posible. Reta muy severamente
a los jugadores cuando comenten un error,
y cuando Daniel da un mal pase o lanza la
pelota hacia fuera de la cancha, su padre
lo lleva a un lado y le hace ver su
equivocación en voz baja, pero dura.Su
mamá es igualmente competitiva, pero más
expresiva aún. Grita desde las graderías en
voz alta y aguda, y frecuentemente protesta
por las decisiones que ha tomado el árbitro.
Esta situación es bastante incómoda para
Daniel, quien comenta que lo importante
para él es jugar, sin manifestar fanatismos
y rigideces como lo hacen sus padres.
Conversemos en familia:
·¿Somos personas competitivas?
·¿Qué piensan ustedes que hace que una
persona sea competitiva?
¿Cuándo es buena la competencia? ¿Cuándo
va demasiado lejos?
·¿Por qué algunos padres impulsan tan
frecuentemente a sus hijos a que sean
siempre los mejores?
Comprobemos: ¿Cómo habla Gálatas 6:4
respecto al tema de la competitividad?
Apliquemos: Muchas cosas en la vida
pueden hacerse solo por diversión, y por
lo general siempre disfrutamos más de la
vida cuando podemos realizar nuestras
actividades de manera amistosa. Es
necesario tener claro que no siempre vamos
a ganar. Muchas veces y, a pesar de nuestro
esfuerzo, veremos nuestros objetivos sin
cumplir. Pero frente a esto, lo importante
es que en un próximo intento lo logremos
porque hemos hecho las cosas pensando en
que somos capaces y no pensando en que
hay otra persona a la que debemos superar.

"Recibir a Cristo como tu Salvador"

Ahora que ya conozco el plan de Dios
para mi vida, debo recibir a Jesucristo,
reconociéndolo como mi Salvador personal
e invitándolo a entrar en mi vida, en mi
corazón y en mi espíritu, para convertirme
en una nueva persona en Él y con Él.
Recibo a Jesús en un acto de fe, confiado
de que Él me transformará a la persona
que desde siempre ha querido que yo sea
y guiándome al camino que me lleva al
Padre.
Día 1: Juan 1:12. Digo que sí a Cristo,
cada nuevo día.
Día 2: Efesios 2:8-9. Activamos la fe y
creemos en la nueva vida que por gracia
de Dios recibimos a través de Jesús.
Día 3: Apocalipsis 3:20. Cristo está
esperando que le abra la puerta de mi
corazón, ¿lo dejaré fuera más tiempo?
Día 4: Filipenses 2:11. En Jesús se gloría
Dios Padre y nosotros le alabamos por
siempre.
Día 5: Romanos 14:11. Jesús es Dios,
digno de alabanza, reverencia y gloria
por todos los tiempos.
Día 6: Romanos 10:10. Creemos en Jesús
y nuestra boca confiesa su poder.
Día 7: Hebreos 13:15. Clamamos a Jesús
y lo invitamos a nuestra vida y a nuestro
corazón, alabándolo con nuestras palabras
y nuestras acciones.
Oración:
Señor Jesús, abro mi corazón a ti y te
invito a que entres en mi vida y me
conviertas en un hombre nuevo. Yo te
recibo a ti y creo que eres mi Salvador,
creo que tu sacrificio en la cruz ha lavado
mis pecados y tu resurrección me ha
librado del mal para poder permanecer
en la eternidad junto a ti, el Padre y el
Espíritu Santo, alabándolos por siempre.
Gracias Padre por tu amor, por tu perdón
y por la vida nueva que me das. En
nombre del Señor Jesús, amén.

"Jesucristo es el camino"

Jesucristo, el Hijo de Dios, es la provisión
que Dios ha enviado para que pueda
conocer el amor de Dios y el propósito
que Él tiene para mi vida. Jesús, siendo
inocente, murió por mí y por todos los
hombres para que mis pecados fueran
perdonados y pudiera yo restablecer mi
relación con Dios Padre. Su Resurrección
me llena de poder y victoria frente al
mal, la muerte y el pecado, porque Él
es más grande y fuerte que ellos. Él
desea conducirme al Padre, y yo deseo
conocerle y dejarme guiar por Él.
Día 1: Romanos 5:8. Yo soy la razón por
la que Cristo vino al mundo, para
hacerme salvo a mí.
Día 2: 1 Corintios 15:3-6. Jesucristo es
el Cordero de Dios que se sacrificó por
la humanidad y con su resurrección
derrotó las fuerzas del mal.
Día 3: Juan 14:6. Jesús es el guía
perfecto hacia el Padre, ¿lo estás
siguiendo?
Día 4: Apocalipsis 7:10. No somos salvos
por buenas obras, sino por la
misericordia de Dios y el sacrificio de
Cristo, nuestro Redentor.
Día 5: 1 Tesalonicenses 5:9. El plan de
Dios para mí es y siempre ha sido que
sea salvo.
Día 6: Isaías 12:2. Glorifico a Dios por
la nueva vida que me ha dado.
Día 7: Salmo 62:2. Dios es mi esperanza,
Jesucristo es mi salvación, por siempre
y para siempre.
Oración:
Gloria a ti, Señor de los Cielos, porque
por amor has enviado a tu Hijo
Jesucristo, como ofrenda de Salvación
para toda la humanidad. Gracias Padre
por tu amor inagotable, gracias por el
Cordero por medio del cual podemos
ser perdonados. Que tu Espíritu Señor
nos ilumine para que podamos conocer
a Jesús profundamente, para así seguir
sus pasos que nos conducen a Ti. Por
nuestro Señor Jesucristo, amén.